La historia de Mikao Usui - Iniciador del sistema USUI-

26.06.2011 17:24

Origenes del Reiki -  



¿De dónde proviene el Reiki?
En realidad no existe una historia oficial sobre el descubridor de Reiki, pero esta es la leyenda más conocida.

Mikao Usui era director de un seminario cristiano en Kyoto, Japón (otras fuentes aventuran que enseñaba en la Universidad cristiana de Doshisha). Un día, algunos de sus alumnos le preguntaron por qué nunca habían oído hablar acerca de los métodos de sanación utilizados por Jesucristo ni habían conocido a ninguno de sus seguidores que los hubiera llevado a la práctica (al parecer, en alusión a la frase de Jesús: “el que crea en Mí, realizará las obras que yo hago y aún las hará más grandes”).

Dado que no le resultó posible contestar esas preguntas, el Dr. Usui, educado en un contexto en el que el honor obliga al maestro a solventar las dudas de sus discípulos, decidió renunciar a su cargo y estudiar el cristianismo en un país que profesara esta fe hasta encontrar las respuestas.
Su viaje lo llevo hasta Estados Unidos, donde asistió a la universidad de Chicago y se graduó como doctor en teología. Sin embargo, no conseguía encontrar una respuesta satisfactoria en las escrituras cristianas a sus interrogantes y, al no hallarlas tampoco en las escrituras chinas, viajó al norte de India donde se dedicó al estudio de los textos sagrados.
Tiempo después regresó a Japón, y en un monasterio descubrió en viejos sutras budistas algunos símbolos y fórmulas sánscritas que parecían contener las respuestas que tanto anhelaba.
En esos días vivía en un monasterio de Kyoto y se dirigió a la montaña sagrada de Kuriyama, situada a unos 25 Km. de distancia. Allí intentó ayunar y meditar en soledad durante 21 días con la esperanza de establecer contacto con el nivel de conciencia de los signos sánscritos que había recogido y así determinar la verdad de sus contenidos.
Al llegar a la montaña, colocó frente a él veintiún pequeñas piedras a las que utilizó como una especie de calendario mediante la eliminación de una por cada jornada transcurrida. Durante este período, se dedicó a releer los sutras, cantar y meditar.

No sucedió nada hasta el amanecer del último día. Estaba todavía bastante oscuro cuando vio una luz intensa que se dirigía hacia él a gran velocidad. La esfera de luz se tornó más y más intensa hasta que finalmente le penetró entre las cejas, por el tercer ojo.

El Dr. Usui pensó que iba a morir cuando de pronto percibió millones de pequeñas burbujas de todos los colores del arco iris, una inmensa luz blanca y frente a él descubrió los conocidos símbolos de Reiki. Todos quedaron grabados en su interior de forma indeleble.


Ese fue el nacimiento del sistema Usui de Reiki que conocemos en la actualidad.

Cuando regresó a su estado de conciencia habitual se sintió lleno de fuerza y energía y comenzó a descender de la montaña. Sin embargo se lastimó un pie. Lo tomó en sus manos durante algunos minutos y el dolor desapareció. Ese fue el primer milagro.


Dado que tenía hambre se detuvo en una posada del camino y pidió un abundante desayuno. El posadero le aconsejó no ingerir tanta comida después de un ayuno tan prolongado pero el Dr. Usui pudo comer todo sin la menor consecuencia. Esta acción se convirtió en el segundo milagro.

El Dr. Usui regresó a su monasterio donde se encontró al abad postrado en la cama con una fuerte artritis, y también lo curó mediante la imposición de manos.

Después de unos días decidió partir hacia la Ciudad de los Mendigos -en el suburbio de Kyoto- para ayudarles a mejorar sus condiciones de vida. Permaneció siete años con ellos, trabajando en un asilo y tratando muchas enfermedades. No obstante, un día advirtió que no cesaban de regresar los mismos pacientes. Ante su pregunta de cuál era la razón por la que no habían iniciado una nueva vida, la respuesta unánime era que trabajar resultaba problemático y que por lo tanto era mejor seguir mendigando.

El Dr. Usui se sintió profundamente apenado. Reconoció que en sus sanaciones había olvidado algo importante: enseñar gratitud a los mendigos. Durante los días siguientes, reflexionó sobre las reglas máximas de Reiki (todas las personas tratadas deben pedir su propio tratamiento y todo tratamiento debe ir acompañado de una contrapartida) así como sobre los Cinco Principios Reiki: